Un miembro de un safari ha conseguido fotografiar en Kenia un macho que se cree es el último ejemplar albino de esta especie después de que en marzo del año pasado, un par de cazadores furtivos mataran a las dos únicas jirafas albinas de las que se tenía constancia.
Este macho se encuentra viviendo en una manada con otros ejemplares de la misma especie que muestran la pigmentación común, por lo que los guardaparques seguirán sus pasos más de cerca para evitar que sea asesinado como las otras dos jirafas albinas.
La razón por la que esta jirafa tiene una pigmentación blanca se conoce como leucismo, y es una extraña condición genética que hace que las células de la piel de las jirafas no puedan producir pigmentación. Al no poder producir ese pigmento que le daría a la jirafa el marrón característico y común de la especie, las células de la piel se quedan con un color blanco.
Muchos confundirían el albinismo con el leucismo, pero no es lo mismo. A diferencia de los animales que presentan albinismo, los que presentan leucismo pueden seguir produciendo pigmento oscuro en el tejido blando, esto se traduce en que los ojos de esta jirafa no son blancos sino oscuros.
(Estas dos fotos corresponden a las dos jirafas blancas que asesinaron el pasado marzo)
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